Impétigo: síntomas, tratamiento y prevención

¿Qué es el impétigo?
Enfermedad impétigo es una infección cutánea frecuente que afecta sobre todo a niños de entre 2 y 5 años. Sin embargo, cualquier persona de cualquier edad puede contraer impétigo, y los adultos suelen infectarse a través del contacto con niños.
Causado por bacterias, el impétigo es muy contagioso y puede propagarse rápidamente dentro de la familia y en la escuela.
Síntomas del impétigo
El impétigo puede provocar síntomas como enrojecimiento, dolor y picor de la piel, inflamación de los ganglios y, aunque es menos frecuente, fiebre o malestar general.
Los síntomas pueden variar en función del tipo de impétigo:
1. impétigo no bulloso
Suele consistir en una infección por Streptococcus pyogenes, aunque datos recientes han mostrado más casos de Staphylococcus aureus como causa de impétigo no bulloso.
Es el tipo más común y se desarrolla en diferentes fases:
- Inicialmente, sólo aparecen una o unas pocas úlceras, a menudo asociadas a picor
- La herida "brota" y la piel puede enrojecerse en esa zona
- Las glándulas cercanas a la herida pueden inflamarse
- Se forman costras en las llagas
- La piel se cura sin dejar cicatrices (excepto cuando se rasca)
Es posible que la infección se extienda a otras zonas del cuerpo, pasando de nuevo por las etapas descritas anteriormente. Por eso es tan importante un tratamiento precoz.
2. Impétigo bulloso
Es el tipo menos frecuente de impétigo y está causado exclusivamente por Staphylococcus aureus.
En este tipo de impétigo, aparecen ampollas que contienen líquido pero no enrojecimiento en la piel circundante, pasando por las siguientes fases:
- Aparecen ampollas que contienen un líquido turbio o amarillento (pus)
- Las ampollas se vuelven más blandas y claras y acaban por "reventar".
- Se forman costras en las zonas donde se rompieron las ampollas
- La piel tiende a curarse sin dejar cicatrices
El impétigo puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque es más frecuente en las zonas expuestas de la piel, como la cara (alrededor de la nariz y la boca) y las manos.
La bacteria es fácilmente transmisible y pueden formarse nuevas lesiones en lugares diferentes de la infección original.
Causas del impétigo
El impétigo está causado por bacterias, principalmente Streptococcus pyogenes y también Staphylococcus aureus, que infectan la piel a través de:
- Recortes
- Arañazos
- Picaduras de insectos
- Quemaduras
- Erupciones cutáneas
- Heridas
El impétigo también puede aparecer en la piel de niños que, por ejemplo, han tenido varicela o un eccema con picor: al rascarse la piel, se crea una "puerta de entrada" para las bacterias y puede desarrollarse el impétigo.
A veces, el impétigo también se desarrolla en la piel intacta.
Las bacterias que causan el impétigo prosperan en lugares cálidos y húmedos, por lo que esta infección es más frecuente en lugares con este clima.
La principal vía de transmisión del impétigo es el contacto piel con piel con una persona infectada. Por ejemplo, los deportes de contacto -como la lucha libre y el fútbol- conllevan un mayor riesgo de transmisión del impétigo.
Sin embargo, la infección también puede producirse de forma indirecta, es decir, a través del contacto con superficies, toallas, equipamiento deportivo y ropa que lleve la persona con impétigo.
Las personas diabéticas o inmunodeprimidas tienen mayor riesgo de desarrollar impétigo.
Diagnóstico del impétigo
El diagnóstico del impétigo implica la observación de la piel, en particular las características de la erupción. No obstante, el médico tratante o el dermatólogo pueden prescribir pruebas que ayuden a diagnosticar el problema o incluso a obtener más información para perfilar el plan de tratamiento más adecuado. Pueden incluir, por ejemplo, análisis de laboratorio del pus extraído de una ampolla o incluso de la piel para que el médico pueda determinar, por ejemplo, qué tipo de bacteria es la responsable de la infección. Cuando la infección se extiende por todo el cuerpo, puede ser necesario realizar análisis de sangre.
También es importante determinar si el impétigo se ha desarrollado como consecuencia de otro problema cutáneo, como la sarna.
Cuando el impétigo sigue empeorando o si se producen episodios recurrentes, el médico tratante puede prescribir un frotis cutáneo o nasal para comprobar si las bacterias allí presentes son las causantes de los episodios de impétigo.
Tratamiento del impétigo
Es importante tratar el impétigo para prevenir posibles complicaciones de la infección, como la aparición de nuevas lesiones, la presencia de ampollas durante varias semanas -con tratamiento el impétigo puede desaparecer al cabo de unos días (deja de ser contagioso al cabo de unas 24-48 horas), sin tratamiento puede durar entre 2 y 4 semanas- o la propagación de la infección a capas más profundas de la piel, que puede ser grave.
El primer paso para tratar el impétigo es eliminar regularmente las costras con agua tibia y jabón. A continuación, debe aplicarse una pomada antibiótica (idealmente, no de forma prolongada ni frecuente en la misma persona, ya que esto puede contribuir al desarrollo de resistencia bacteriana). Por último, cubra las zonas de la piel con impétigo para facilitar la curación y evitar el contagio.
Hay situaciones en las que puede utilizarse un tratamiento antibiótico, como por ejemplo:
- El tratamiento tópico por sí solo no es eficaz para resolver el impétigo
- Presencia de lesiones múltiples y/o recurrentes
- Lesiones generalizadas
- Antecedentes epidemiológicos en la familia o en la escuela
Los niños con impétigo no pueden ir a la escuela hasta que se cure la afección o cuando el médico determine que ya no hay riesgo de infección: es una enfermedad que exige evitar la escuela. Todos los pacientes con impétigo deben tomar precauciones para evitar la transmisión a otras personas:
- Evitar el contacto directo piel con piel
- Mantener las heridas y ampollas cubiertas con gasas y esparadrapo.
- Lavarse las manos después de tocar las lesiones
Prevención del impétigo
Existen algunas medidas que pueden ponerse en práctica para prevenir el impétigo:
- Trate las heridas (como cortes o picaduras de insectos) lo antes posible.
- Dúchate después de hacer deporte.
- Lávate siempre las manos con agua y jabón después de ir al baño o siempre que estén sucias y sécatelas con una toalla limpia.
- Evite compartir objetos personales como ropa, toallas y equipamiento deportivo.
- Llevar ropa limpia, evitando sacarla del cesto de la ropa sucia (especialmente la ropa deportiva).
Algunas de las estrategias que las personas con impétigo pueden adoptar para evitar la transmisión de la infección a otras personas, así como la propagación a otras zonas del cuerpo, incluyen:
- Evitar el contacto directo piel con piel con otras personas hasta que el médico determine que ya no existe riesgo de contagio.
- No toque ni rasque las lesiones.
- No compartas objetos personales, como toallas, juguetes, ropa de cama u otros artículos que haya utilizado la persona con impétigo.
- Mantenga las lesiones limpias y cubiertas.
- Lávese las manos con agua y jabón después de tocar lesiones, ir al baño o siempre que estén sucias. Sécalos sobre una toalla limpia.
- Utilice una toalla limpia cada vez que se duche o necesite secar la zona afectada.
- En el cuidado diario de la piel, utilice una cuchara u otro objeto para retirar la crema del envase. Así se evita contaminar la crema del interior del envase.
- Desinfectar las superficies que haya tocado la persona con impétigo, como encimeras y pomos de puertas.
- Mantén las uñas cortas, porque como el impétigo puede causar picor y hacer que la persona se rasque la piel, al menos la probabilidad de dañar la piel es menor.
➡️ Esta publicación solo tiene fines informativos y no debe usarse como sustituto de un diagnóstico, tratamiento o recomendación de un profesional de la salud. Es importante consultar a un médico de confianza en caso de dudas y obtener su aprobación antes de comenzar cualquier procedimiento.
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