Ciática: síntomas, tratamiento y prevención

¿De qué se trata?

Contenido del artículo
  1. ¿De qué se trata?
  2. Síntomas de la Ciática
  3. Causas
  4. Diagnóstico
  5. Tratamiento para la Ciática
  6. General
  7. Prevención contra la Ciática

Ciática es una enfermedad que consiste en la presencia de dolor, debilidad, entumecimiento u hormigueo en una pierna.

No es una enfermedad, sino un síntoma de una afección médica subyacente. La ciática incluye dolor, hormigueo, debilidad o entumecimiento que se origina en la zona lumbar, desciende por la región glútea hasta la parte posterior de la pierna, siguiendo el trayecto del nervio ciático. Es el más largo del cuerpo y se extiende desde la región lumbar de la médula espinal hasta la parte posterior de cada pierna, enviando luego ramas hasta el pie.

Su frecuencia varía, según los estudios, entre el 1,6% y el 43% de las poblaciones evaluadas. Es más frecuente en la mediana edad, y rara vez aparece antes de los 20 años. En general, la evolución es favorable, pero en alrededor del 30%, los síntomas duran un año o más.

La mayoría de los casos se deben a una hernia de disco intervertebral que comprime una raíz nerviosa. Otras causas posibles son la compresión del canal que rodea la médula espinal y los tumores o quistes que comprimen las raíces nerviosas.

Síntomas de la Ciática

Los síntomas pueden variar en función del tipo, la localización y la gravedad de la afección causante de la ciática. Generalmente, es intenso y agudo y se produce en una sola nalga o pierna, aunque rara vez puede afectar a ambos lados.

Por el contrario, hay mejoría cuando se está tumbado o caminando, pero cuando es muy intenso, puede dificultar la bipedestación o la marcha. Toser o estornudar puede acentuar el dolor. Puede alcanzar la región lumbar de la columna vertebral, aunque es más intenso en la pierna.

La presencia de debilidad o entumecimiento puede dificultar el movimiento de la pierna o el pie. Este dolor puede ser inconstante o permanente, en cuyo caso llega a ser incapacitante.  En la mayoría de los casos, se produce una mejoría al cabo de unas semanas o meses, con el uso exclusivo de analgésicos. Si los síntomas son muy graves o incapacitantes, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

Aunque los síntomas de la ciática pueden ser muy incapacitantes, el daño nervioso permanente e irreversible es poco frecuente.

Causas

Cuando el contenido gelatinoso de un disco se desborda, comprime las raíces nerviosas que forman el nervio ciático. Estas raíces se inflaman e irritan por las sustancias químicas que se liberan del núcleo del disco. El dolor es consecuencia de la compresión del nervio ciático, que puede producirse desde el exterior o el interior del canal por donde pasa la médula espinal. Esta constricción puede estar causada por una hernia discal (la causa más común), una contracción muscular alrededor del nervio ciático, un estrechamiento del canal por donde pasa la médula espinal o una desalineación de una vértebra. A menudo, un acontecimiento o traumatismo concreto no desencadena inmediatamente la ciática, sino que se desarrolla más tarde.

Los corredores pueden verse afectados por esta lesión debido a la naturaleza de la carrera, que crea una fuerza de compresión sobre la columna vertebral que es aproximadamente cuatro veces superior a su peso. Esto provoca cambios degenerativos en la columna vertebral, como estrechamiento del canal, cambios articulares o hernia discal.

Diagnóstico

Además de la historia clínica y una observación médica cuidadosa, el diagnóstico de la ciática se basa en métodos de diagnóstico por imagen, como la resonancia magnética. Otras pruebas neurológicas pueden ser importantes para evaluar el estado del nervio ciático. La mayoría de los casos de ciática corresponden a una compresión en las raíces nerviosas de la quinta vértebra lumbar (L5) o la primera de la columna sacra (S1).

Tratamiento para la Ciática

Teniendo en cuenta que se trata de un síntoma, el tratamiento consiste en resolver sus causas. Para la mayoría de las personas, el tratamiento es conservador, reservándose la cirugía para los casos más graves. Entre el 80% y el 90% de los casos se resuelven sin cirugía y alrededor de la mitad de los ataques duran menos de seis semanas.

El ejercicio físico planificado adecuadamente y el calor o el frío para aliviar el dolor y los espasmos son buenas opciones no médicas. La fisioterapia también da buenos resultados. Aunque el reposo es importante, hay que intentar mantener cierto grado de actividad, ya que el movimiento ayuda a reducir la inflamación.

Los antiinflamatorios y los relajantes musculares ayudan a reducir el dolor y la inflamación. Pero pueden tener efectos secundarios y siempre deben ser prescritos por el médico según el historial de cada paciente. En casos de dolor muy intenso, pueden inyectarse corticoides en la región epidural para reducir la inflamación más rápidamente.

También existen otros tipos de tratamientos alternativos, como la manipulación de la columna vertebral por un quiropráctico, la acupuntura, la terapia cognitivo-conductual o la osteopatía.

General

En general, la mayoría de los casos de ciática se resuelven en un periodo de entre cuatro y doce semanas. Tras el alivio del dolor agudo, el paciente debe iniciar un programa de rehabilitación para mejorar diversos aspectos de la postura viciosa, a menudo agravada por el dolor, y prevenir así nuevos ataques. La evaluación ergonómica del puesto de trabajo, así como la evaluación del estilo de vida, también pueden ayudar a reducir la frecuencia de los ataques recurrentes de dolor ciático y lumbar.

La cirugía sólo está indicada cuando el dolor es tan intenso que llega a ser incapacitante, compromete la vejiga y el esfínter anal, deteriora la fuerza muscular, no mejora al cabo de seis a 12 semanas y tiene por objeto corregir la causa de la compresión del nervio ciático. Dado que la hernia discal es la causa más frecuente, la extirpación del disco intervertebral que provoca esta constricción es la intervención que se realiza con más frecuencia, permitiendo un alivio sintomático en el 90% al 95% de los pacientes. Tras la intervención, es importante evitar conducir, permanecer sentado mucho tiempo, levantar pesos o flexionar el tronco durante aproximadamente un mes. Pueden recomendarse ejercicios de extensión. Sin embargo, en aproximadamente el 5% de los casos puede producirse una nueva rotura discal y, al cabo de cinco años, los estudios indican una reaparición del dolor de espalda en un alto porcentaje de casos.

Prevención contra la Ciática

Aunque los procesos degenerativos que conducen a las hernias discales no pueden prevenirse, existen algunas medidas que ayudan a proteger la columna vertebral.

Es importante adoptar técnicas correctas de levantamiento de pesas, manteniendo la espalda recta. Una postura correcta en todo momento es importante para ayudar a reducir la presión sobre la columna vertebral. El ejercicio físico fortalece la espalda y los músculos abdominales, y también tiene efectos beneficiosos.


➡️ Esta publicación solo tiene fines informativos y no debe usarse como sustituto de un diagnóstico, tratamiento o recomendación de un profesional de la salud. Es importante consultar a un médico de confianza en caso de dudas y obtener su aprobación antes de comenzar cualquier procedimiento.

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Irena Sendler

Apasionada por la medicina, con ganas de guiarte en mejorar tu salud y recomendarte tratamientos efectivos.

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